Pese a que jugó un papel cuando menos equívoco en una cripto-estafa que Forbes estima en 254 millones de dólares, Milei ha salido políticamente indemne del primer escándalo de su gobierno, que comienza a ver los resultados de su lucha contra la inflación, la principal preocupación de los argentinos.

Su popularidad –del 48,4% según Trespuntozero– apenas se ha visto afectada. El fiscal Eduardo Taiano le acusa de varios delitos contra la fe pública, pero la causa puede alargarse sine die en los juzgados de Comodoro Py. En 2022, cuando era diputado, Milei promocionó CoinX, una criptoplataforma que era una versión cibernética de un esquema Ponzi de manual.

Milei alega que la mayor parte de las víctimas “son traders que saben que juegan en una timba”. Como retrata Nueve reinas (2000), la famosa película de Fabián Bielinsky sobre una banda de estafadores porteños, las pirámides son una de sus especialidades. En And the money kept rolling in (2004), Paul Blustein cuenta cómo los analistas estrella de Wall Street, ansiosos por romper récords de ventas de bonos de deuda argentina, contribuyeron al colapso financiero argentino de 2001 mientras que en sus e-mails se burlaban de la ingenuidad de sus clientes.

Con Donald Trump, que tiene su propio cripto-negocio, World Liberty Finance, Wall Street ha vuelto a abrir el juego. Elon Musk nombró su departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y su criptomoneda Dogecoin a raíz de un meme difundido en internet. El nuevo director de la SEC nombrado por Trump, Paul Atkins, ha retirado la anterior demanda del organismo supervisor para que los cripto-activos sean regulados como otros valores bursátiles, con lo que el sector va a seguir siendo una especie de salvaje oeste financiero más vulnerable a los colapsos súbitos.

El 21 de febrero, Bybit, una cripto-plataforma de Dubai, informó…