INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1336

Rebrota la protesta ciudadana

Cuando la comunidad internacional empezaba a abrir sus puertas al régimen de Bashar Al Asad, las recientes movilizaciones en el sur del país, de nuevo desencadenadas por la situación económica pero con gran trasfondo político, muestran que la estabilidad en Siria está lejos de alcanzarse.

En un ejercicio de amnesia autoinducida casi todos los actores implicados en la profunda crisis que sufre Siria al menos desde 2011 se han afanado últimamente en transmitir el mismo mensaje: es hora de pasar página y asumir que Al Asad va a continuar en su puesto, aunque solo sea porque cualquier alternativa a su dictado es aún peor. El gesto más visible de esa idea ha sido la reintegración del régimen en el seno de la Liga Árabe, escenificada en la cumbre celebrada el pasado 18 de mayo en Yeda.

De ese modo, como si en estos últimos 12 años las manos del régimen no estuvieran manchados de sangre, de violaciones de los más elementales derechos y de las normas básicas de la guerra, el cansancio de unos y las ansias de liberarse de problemas de otros han creado la ficción de que era posible empezar de nuevo. Se…

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