INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1372

Réquiem por los glaciares tropicales

La degradación a un simple ‘campo de hielo’ del glaciar de La Corona de la Sierra Nevada de Mérida ha convertido a Venezuela en el primer país en tiempos modernos en perder todos sus glaciares. En 1990 perdió el de La Concha y en 2017 el de La Columna.

En 2000, la superficie de La Corona, a 5.000 metros de altura, era de 400 hectáreas. Hoy tiene menos de dos, un tamaño que la International Cryosphere Climate Initiative ya no puede calificar como glaciar. Hasta hace 50 años, Venezuela contaba con cinco de esas masas de hielo móviles de montaña que científicos y meteorólogos consideran los termómetros más fiables de las oscilaciones térmicas globales.

El punto más al sur de Venezuela está a un centenar de kilómetros de la línea ecuatorial, pero alberga las estribaciones más septentrionales de la cordillera andina, con 11 picos a más de 4.500 metros. Esa zona está experimentando en algunos meses entre 3ºC y 4ºC más que la media registrada entre 1991 y 2020.

En diciembre, el gobierno anunció la compra de una cubierta geotérmica de polipropileno de 8.000 metros cuadrados para proteger lo que queda de La Corona. Suiza hace algo similar para mantener el frío de sus pistas de esquí. Jehyson Guzmán, gobernador de Mérida, sin embargo, cree que la cubierta es un mero paliativo. Según un informe de la Universidad de Friburgo de 2021, la tecnología no es fiable para salvar glaciares como los alpinos o andinos.

Además, la conferencia de la ONU para el medioambiente advierte que esas cubiertas pueden liberar grandes cantidades de microplásticos y que la única solución es reducir las emisiones de gases de carbono. Para Venezuela, un país sumido estos días en una grave tensión electoral, llueve sobre mojado.

En 2016 Caracas abrió –violando disposiciones constitucionales que obligan a realizar consultas previas y estudios de impacto medioambiental–, el Arco Minero del Orinoco, un territorio de 112.000 kilómetros cuadrados de bosques que recorre el tercer río más caudaloso del mundo. La actividad minera ha contaminado sus suelos y aguas y fragmentado y deforestado sus siete parques…

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