La caótica salida de Afganistán, exponiendo un repliegue geoestratégico estadounidense y a unos europeos incapaces de tener una agenda propia en las grandes crisis, vuelve a poner sobre la mesa la falta de una política de defensa y seguridad creíble en la UE. El alto representante para la política exterior, Josep Borrell, junto a otros líderes como el presidente francés, Emmanuel Macron, quieren aprovechar el fracaso afgano para relanzar la idea de un ejército europeo.
“Debemos mirarnos en el espejo y preguntarnos: ¿cómo podemos tener más influencia en la esfera geoestratégica?”. La incapacidad de los europeos para ni siquiera garantizar la evacuación de sus ciudadanos sin ayuda de EEUU “debe ser motivo de preocupación”. Son palabras de Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, en una entrevista reciente. La de Michel es la última de las voces en señalar una paradoja que no es precisamente nueva. El músculo económico y comercial…

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