La Unión Europea (UE) se encuentra en la actualidad ante tres tareas fundamentales: la preparación de la Unión Económica y Monetaria (UEM), la ampliación a los países de Europa central y oriental y la lucha contra el desempleo. La creación de un mayor número de puestos de trabajo en todos los Estados miembros continúa siendo uno de los desafíos centrales de los próximos años. Únicamente a través de la consolidación económica y la solución de los problemas estructurales de nuestras economías nacionales puede combatirse eficazmente el desempleo. El Plan de Acción aprobado por el Consejo Europeo en diciembre de 1993 sobre la base del Libro Blanco sobre crecimiento, competitividad y empleo elaborado por la Comisión Europea, contiene medidas pertinentes a adoptar, tanto por parte de los Estados miembros como por la Unión.
Los Estados miembros han puesto ya en marcha algunas de esas medidas. Alemania, por ejemplo, ha avanzado en la consolidación de los presupuestos públicos. Hemos mejorado las condiciones marco en materia fiscal, ampliado los instrumentos de la política del mercado laboral, fomentado la desburocratización e iniciado una campaña dirigida hacia la creación de nuevas empresas y la innovación. El Consejo Europeo celebrado en Essen en diciembre de 1994 hizo balance por primera vez de lo conseguido y fijó los cinco sectores prioritarios siguientes:
1) Mejora de las posibilidades de empleo
Mediante el fomento de las inversiones en la formación profesional. En este ámbito debe desempeñar un papel fundamental la cualificación profesional, en particular de los jóvenes. El mayor número posible de personas debería recibir una formación profesional y continua, en forma de aprendizaje a lo largo de la vida, para poder adaptarse a los cambios derivados del progreso tecnológico y limitar el riesgo a perder su puesto de trabajo.
2) Aumento de la intensidad de creación de empleo
…

Misma revolución, mismos desafíos
El porvenir de la lengua española