En la última década la inmigración se ha convertido en uno de los grandes problemas sociales y políticos en muchos países desarrollados. El malestar social provocado por la llegada de extranjeros está en la base de algunos de los cambios históricos recientes, como el Brexit o el resurgimiento de la extrema derecha en Europa. Sin embargo, el Banco Mundial advierte en su último Informe de Desarrollo Mundial que los países desarrollados deben empezar a mirar la inmigración como una aliada y no como un problema.
“En la próxima década, todos los países, independientemente de su nivel de renta, encontrarán la inmigración cada vez más necesaria”, señala la institución multilateral. El Banco es consciente de que no toda la inmigración genera beneficios netos a los países, pero pone el foco en la gran necesidad de mano de obra que tendrán en los próximos años como consecuencia del envejecimiento de su población….

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