Francia, Italia y Rusia son los tres asuntos de actualidad que predominan en este número. El brusco giro de Francia no dejará de afectar, por razones conocidas, a la situación española. Pero el equilibrio europeo no sufrirá ninguna alteración crítica por lo que es en definitiva para Francia un relevo normal de su mayoría parlamentaria. La gran cuestión de fondo para Europa sigue siendo la evolución de la Federación Rusa. Esta edición se cierra una semana antes del referéndum convocado por el presidente Boris Yeltsin para el 25 de abril.

Tres artículos sobre la victoria del centro-derecha francés valoran la elección del 28 de marzo y el proceso que afectó tan gravemente a la izquierda mitterrandiana. Sin embargo, la derrota del Partido Socialista responde a una corriente de fondo común a los doce países miembros de la Comunidad Europea. No se trata, a juicio de autorizados observadores, de una mera derrota electoral sino de un proceso que viene de años atrás. Michel Jobert describe la nueva situación a partir de su conocimiento próximo de los hechos. El fue, con Edouard Balladur, responsable del estado mayor del Elíseo durante la presidencia de Georges Pompidou y será, quizá, en esta nueva etapa, un hombre de consejo cerca del nuevo primer ministro. Ricardo Paseyro nos envía, también desde París, un estudio sobre los resultados, tratando de traducir la matemática electoral a las complejidades del vuelco ideológico ocurrido. Salvador López de la Torre describe las siete familias que componen, y dividen, el socialismo francés.

Italia parece haber entrado, al fin, en una etapa de reforma profunda de sus instituciones. Antonio Pelayo ha escrito un análisis lleno de viveza e información de última hora. También este es un asunto con influencia creciente en España, al que la revista se propone dedicar su atención. Los problemas…