El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el martes de la semana pasada: “Vamos a ser muy amables, ellos también lo serán, y veremos qué sucede”. Automáticamente, las bolsas comenzaron a subir y tuvieron una semana de importantes beneficios. Bastaron unas palabras tranquilizadoras del magnate para que los inversores pensaran que Trump nunca iría en contra de sus intereses.
La bolsa estadounidense está cerca de recuperar los niveles previos al “Día de la Liberación”. A pesar de que sobre la economía global ya pesan los aranceles al acero, aluminio y los vehículos, así como la tarifa general del 10% y el 145% específico de China, los inversores están ya asignando precios muy similares a los que existían anteriormente. No solo eso, también pesa la amenaza de los aranceles específicos por países (los que Trump llama recíprocos), que están suspendidos por un período de 90 días.
No todos los…

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