La posición de los países del Sur ante la guerra rusa en Ucrania ha sido una gran sorpresa para Estados Unidos y sus aliados europeos: una postura discordante e inesperada por parte de un Sur Global largamente marginado, dominado e ignorado. El bloque occidental esperaba que sus aliados del Sur se alinearan con él, condenaran el ataque ruso contra Ucrania y apoyaran las sanciones impuestas a Rusia. Sin embargo, los posicionamientos de muchos países del Sur –en particular, aquellos que fueron aliados tradicionales de Estados Unidos y del bloque occidental en general– han sido inesperados, y en algunos casos han sorprendido a sus antiguos socios.
Con la guerra en Gaza, la movilización se ha intensificado: la mayoría de estos países ha exigido un alto el fuego y ha expresado su apoyo al pueblo palestino, abogando por una solución política basada en el reconocimiento de su derecho a la autodeterminación y a la constitución de un Estado independiente. Sudáfrica, con el respaldo de otros países del Sur, ha liderado la movilización al acudir a la Corte Internacional de Justicia acusando a Israel de cometer un genocidio en Gaza.
La actitud crítica hacia Occidente por parte de numerosos países del Sur no se ha limitado a estos conflictos, sino que ha adquirido una dimensión más amplia. El descontento y el rechazo al sistema global se han generalizado sobre todo por la marginación de las prioridades del Sur, como el desarrollo, la lucha contra la pobreza, el agravamiento de las desigualdades y las asimetrías en las relaciones internacionales.
Este sentimiento de frustración y rechazo hacia el orden global ha sido compartido no únicamente por numerosos gobiernos del Sur, sino también entre su población: se han multiplicado las manifestaciones y expresiones políticas y civiles de desaprobación. La continua injerencia de las grandes potencias…
