El binomio sociedad civil describe el ámbito en el que las personas y los grupos luchan por ideas y valores y se organizan para desafiar o reforzar el poder del Estado. La sociedad civil desempeña un papel crucial en la democratización, especialmente en las regiones autoritarias. Durante la década de los noventa, los donantes y las instituciones internacionales consideraban a las organizaciones de la sociedad civil (OSC) como vehículos para la transformación democrática en el Sur Global. Sin embargo, la trayectoria de la sociedad civil en la región de Oriente Medio y el Norte de África (MENA) complica muchas de estas suposiciones. Las conceptualizaciones de la sociedad civil, su funcionamiento bajo regímenes autoritarios y el resurgimiento de la disidencia popular –especialmente en respuesta a la guerra de Gaza– ponen de relieve los límites de la cooptación estatal y el potencial perdurable de la movilización descentralizada.
En la década de los noventa, los académicos reconocieron a la sociedad civil como un catalizador de la democratización en las regiones en desarrollo, lo que llevó a los donantes internacionales a promover el crecimiento de las OSC. La sociedad civil influye significativamente en la política y la dinámica del poder. Ghannouchi (1999) afirma que el poder no es exclusivo del Estado, sino que la sociedad civil también ejerce poder. Nepstad (2013) destaca que los opositores de la sociedad civil pueden debilitar la lealtad de las fuerzas de seguridad hacia el Estado aumentando el coste político de los ataques. Lo consiguen difundiendo a nivel mundial las respuestas opresivas del Estado, haciendo hincapié en la inmoralidad de atacar a manifestantes desarmados y subrayando el coste personal que supone para las fuerzas de seguridad mantener la lealtad al régimen. Por ejemplo, Nepstad (2013) sostiene que si un régimen subestima a sus tropas, los activistas podrían exponer los…
