POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 41

Europa sin trabajo, América sin un céntimo

La mayoría de los economistas esperan que baje el índice de desempleo; también es probable que durante 1995-96 Europa y Japón empiecen a recuperarse. Pero el hecho es que todos los países industrializados están sumidos en una grave crisis.
Paul Krugman
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Mientras se estaba escribiendo este artículo, la Oficina de Estadísticas de Empleo anunció una importante caída en la tasa de desempleo de Estados Unidos. La mayoría de los economistas prevén que dicha tasa disminuya aún más para aproximarse a largo plazo al nivel del 5,5 por cien, que generalmente se considera “pleno empleo”. También es probable, aunque de ninguna manera seguro, que en uno o dos años comience la recuperación en Europa y Japón. A medida que se acelere el crecimiento y disminuya el número de parados, probablemente se disipará el pesimismo actual sobre el estado de la economía mundial. Los artículos sobre “recuperación sin empleo” desaparecerán de la prensa y serán sustituidos por reportajes optimistas sobre éxitos empresariales. 

Sin embargo, el optimismo que probablemente dominará los comentarios económicos de entonces será equivocado, incluso más de lo que es el pesimismo catastrofista ahora reinante. Todos los países desarrollados tienen problemas económicos profundos. El ritmo irregular de recesiones y recuperaciones exagera a veces sus problemas, mientras que otras los enmascara, pero para cualquiera que escudriñe más allá del ciclo empresarial, resulta inconfundible que las tendencias a largo plazo son preocupantes. En Europa, Estados Unidos y también en Japón, se está haciendo patente que algo ha ido mal respecto a la promesa de crecimiento económico. 

El fracaso de esa promesa se puede sintetizar en dos palabras: empleos y salarios. En el transcurso de una generación tras la Segunda Guerra mundial, las economías occidentales ofrecieron las dos cosas, es decir, había empleo para la mayor parte de los que lo quisieran, y esos empleos pagaban salarios cuyo poder adquisitivo creció ininterrumpidamente para todos sin excepción. No obstante, desde principios de los años setenta las economías de Norteamérica y Europa occidental han dejado de proporcionar esa abundante prosperidad 1. En Estados Unidos, el…

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