Estados Unidos, como la mayoría de los países, trata de definir su posición en una era de cambios drásticos, tras el fin de la guerra fría. En mi opinión, pueden identificarse tres filosofías diferentes entre los líderes y la opinión pública de EE UU. La primera podría llamarse Nuevo Aislacionismo: una exhortación a “volver a casa” para concentrarse en problemas internos que se han descuidado. La segunda podría describirse como Unilateralismo Mundial, que insta a ejercer unilateralmente la fuerza de EE UU ahora que ya no hay una URSS que pueda oponerse. La tercera es la del Internacionalismo Práctico, que defino personalmente como la doctrina de colaborar siempre que sea posible con otras naciones, en el marco de instituciones regionales y mundiales, para satisfacer los intereses comunes en la paz, el desarrollo económico y los derechos humanos.
Esta tercera filosofía del Internacionalismo Práctico es la base de la de la administración Clinton. A pesar de que los debates sobre en nuestro país puedan parecer ruidosos y confusos, creo que esta tercera filosofía del Internacionalismo Práctico disfruta en la actualidad del apoyo de la mayor parte de los miembros del Congreso de EE UU, tanto demócratas como republicanos, así como de una mayoría clara del pueblo estadounidense. En la actualidad, casi ningún norteamericano desea volver la espalda al mundo, ni tampoco quiere que EE UU sea el gendarme mundial. En un sondeo de opinión publicado recientemente, el 88 por cien de los encuestados estaba de acuerdo en que “debido a la interdependencia mundial es importante que EE UU participe junto con otras naciones en los esfuerzos para mantener la paz y proteger los derechos humanos”.
Es indudablemente cierto, ahora que ha terminado la guerra fría, que el pueblo estadounidense quiere que su presidente dedique más atención a problemas internos como el…

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