A pesar de haber aumentado en cuanto a volumen financiero, la participación de España en las instituciones multilaterales es reducida en iniciativa política, limitada en recursos económicos y humanos y está carente de coordinación. La obtención de retornos no es el único eje de una política que debería orientarse, en primera instancia, a la cooperación al desarrollo y la lucha contra la pobreza.
> NÚMERO 18


La crisis del 'cowboy' capitalista
Terrorismo, motor de cambio de la política exterior
La política exterior de la administración Clinton
La Unión Europea, entre lo deseable y lo posible
‘Tasa Google’, el desafío de la UE
Primero de mayo en Cuba