Las economías asiáticas han recuperado un fuerte dinamismo tras la crisis desatada en 1997 y que afectó con gravedad a numerosos países. Desde 1999 la recuperación económica ha sido espectacular. El crecimiento medio del PIB de la zona ha sido de un 6,2% en 1999 y el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) ha pronosticado una cifra similar para 2000. Algunos países han recuperado tasas de crecimiento de dos dígitos. Asia ha vuelto a situarse como uno de los principales focos económicos y de negocios del mundo.
La presencia de España en la región, sin embargo, es baja y constituye uno de los puntos negros en la senda de la internacionalización de la economía española.
¿Puede España permanecer ausente de una zona del mundo que engloba a más de la mitad de la humanidad y en torno a un tercio del PIB mundial? ¿Cómo aumentar esa presencia? ¿Cómo animar a las empresas españolas a que acudan con más energía a unos mercados que la gran mayoría considera lejanos y llenos de dificultades? Aunque la administración tiene como uno de sus objetivos prioritarios aumentar la presencia en Asia, no será fácil pasar de las intenciones a los resultados tangibles.

#ISPE 925. 9 febrero 2015
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