POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 227

El primer ministro, Keir Starmer, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en la puerta del número 10 de Downing Street antes de la cumbre entre Francia y el Reino Unido. (Londres,10 de julio de 2025). GETTY

Trump y Putin resucitan el eje París-Londres

Para defender no solo a Europa sino su forma de entender la democracia liberal, Francia y el Reino Unido han retomado su costumbre de aunar fuerzas cuando se nubla el horizonte.
Enrique Rubio Ezquieta
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L’Angleterre toujours sera la sœur de la France” (“Inglaterra siempre será la hermana de Francia”). Victor Hugo ponía en boca de Oliver Cromwell hace dos siglos esa afirmación de un vínculo que hace de estos países los enemigos más fraternales o, si se prefiere, los amigos peor avenidos. La sangre ha teñido ambas orillas del Canal de La Mancha desde que Guillermo el Conquistador arribase a tierras inglesas procedente de Normandía en 1066. Su gesta fue recogida en una de las obras más extraordinarias sobre la historia europea, el Tapiz de Bayeux, que como símbolo de esta renovada amistad viajará el año que viene desde Francia para ser expuesto en el Museo Británico. Aquello fue la unión por la fuerza. Ahora se busca la fuerza por la unión.

La pionera decisión del presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer, de coordinar sus arsenales nucleares en la llamada Declaración de Northwood, suscrita en julio, responde a un nuevo entorno geopolítico marcado por la amenaza rusa y el alejamiento estadounidense, pero no es ni mucho menos el primer intento de avanzar en la integración bilateral. Si la Entente Cordiale zanjó en 1904 siglos de hostilidades entre ambos Estados, el siglo XX trajo iniciativas más osadas que en su mayoría perecieron por el camino.

Es más o menos conocida la propuesta que Winston Churchill hizo el 16 de junio de 1940 de una unión franco-británica para evitar a última hora la capitulación gala ante la Alemania nazi. La idea, surgida más de la desesperación que de la reflexión, buscaba que el primer ministro francés, Paul Reynaud, obtuviese el apoyo de su gabinete para seguir presentando batalla a los nazis, si fuese necesario desde sus territorios en el norte de África. La resolución adoptada por el gabinete de guerra…

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