Israel quiere formar parte del proyecto europeo, pero aún debe desarrollar una visión estratégica de la relación que desea tener con la UE. La misma crítica se le podría hacer a Europa.
Israel fue uno de los primeros países que iniciaron un diálogo con la Comunidad Económica Europea (CEE), incluso antes de que entrase en vigor el tratado de Roma, por el que se creó la Comunidad Europea (CE). En abril de 1958, se convirtió en el tercer país, después de Grecia y Estados Unidos, en establecer una misión diplomática en Bruselas. En febrero de 1959, Israel y la CE entablaron formalmente relaciones diplomáticas completas.
A pesar de este interés inicial, durante muchos años Europa no ha ocupado un lugar importante en la política exterior israelí e Israel se ha comportado más como una isla en mitad del océano Atlántico que como un país mediterráneo vecino del extenso continente europeo.

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