POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 36

Un nuevo punto de partida para Europa

A Bélgica le corresponde la presidencia del Consejo de la UE durante el segundo semestro de 1993. Tras la entrada en vigor del tratado de Maastricht, su aplicación figura como la primera de sus prioridades.
Willy Claes
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 A Bélgica le corresponde la presidencia del Consejo de la Comunidad Europea durante el segundo semestre de 1993.  Desde la perspectiva presente, tras la entrada en vigor del  Tratado de Maastricht, la aplicación del mismo figura como la  

primera de nuestras prioridades. Esto no significa que ignoremos las difi cultades con las que tenemos que actuar. En efecto, estamos confrontados  con una doble y grave crisis de confianza. La recesión económica y la  tragedia yugoslava son responsables de las dudas que mantiene la opinión  pública respecto de Europa. Es nuestro deber, en primer lugar, establecer  esta confianza. Maastricht será para nosotros el medio para realizar  nuestras ambiciones.  

Con la puesta en marcha del Tratado de Maastricht, la Comunidad  supera la primera fase de la integración europea, que se limitaba principalmente a la creación de un Mercado Único. El tratado recuerda a los  Estados miembros la necesidad de transformar su asociación en “unión  cada vez más estrecha”. El éxito de esta nueva etapa de la integración  europea –que nos conduce hacia la Unión Monetaria y Política– es absolutamente necesario frente a los numerosos desafíos que aparecen actualmente en el horizonte.  

El fortalecimiento del proceso de integración europea previsto por el  Tratado de Maastricht debe darnos la cohesión necesaria para llevar a cabo  nuestras tareas externas. Sin esta cohesión la Comunidad no podrá nunca  imponerse como polo de estabilidad y de prosperidad en un mundo turbu 

lento. Necesitamos una Comunidad bien estructurada, democrática y económicamente estable para combatir los problemas que acosan a la Europa del  Este desde el hundimiento de la Unión Soviética.  

Nos hace falta una Unión Europea para estimular el desarrollo duradero  de nuestros vecinos meridionales y para hacer frente al radicalismo y al  fundamentalismo.  

Y, como recientemente ha dicho el embajador de Estados Unidos en la  Comunidad,…

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