Autor: Enrique Moradiellos
Editorial: Turner
Fecha: 2018
Páginas: 344
Lugar: Madrid

Espectros de Franco

Política Exterior
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En febrero de 2012, la feria de Arco expuso Always Franco, obra del artista Eugenio Merino. La escultura, que mostraba al dictador embutido dentro de una máquina de Coca-Cola, tenía como propósito mostrar “cómo es España, cómo tenemos en la cabeza esa imagen, que es nuestro icono, y que está como congelada en nuestro cerebro”, en palabras del autor. Aquella imagen congelada desató una polémica candente cuando la Fundación Francisco Franco interpuso una demanda contra Merino por daños contra el honor del dictador.

El episodio es un ejemplo entre muchos de la perseverancia de Francisco Franco como lo que el historiador Enrique Moradiellos ­–Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Extremadura y ganador del Premio Nacional de Historia de 2017 por su Historia mínima de la Guerra Civil española– define como “un espectro del pasado más o menos incómodo, pero muy real y hasta operativo”. Ello en parte se debe a que en España, como Moradiellos sostiene, “una parte considerable de la cultura política actual quizá tiene su génesis y su origen, para bien o para mal, en la época histórica por el presidida y conformada: la obsesión por la unanimidad en las decisiones políticas, la tendencia a la satanización del conflicto y la diferencia, la inclinación a identificar gobierno y nación”, entre otros vicios patrios, se contarían entre su legado.

El pasaje anterior pertenece a la obra más reciente del autor, Franco: anatomía de un dictador. Lo cierto es que el legado espectral del dictador en ocasiones adquiere una dimensión muy tangible: es el caso de la demanda a Merino, pero también el de la actual polémica en torno a la exhumación de sus restos, que permanecen enterrados en el Valle de los Caídos.

¿Por qué la figura de Franco continúa siendo objeto de controversia? No se trataría de la obsesión a izquierda y derecha con su figura, señala Moradiellos, sino tal vez de lo contrario. Pese a las controversias recurrentes sobre el pasado autoritario de España, el autor señala que la desmemoria impuesta durante la Transición –entonces entendida como un mal menor evitar que resurgiesen las heridas de la guerra civil– resultó en una “peculiar amnesia”: durante décadas se ignoró la figura del dictador, aunque los callejeros del país permaneciesen repletos de referencias a su régimen y sus generales. El acercamiento riguroso a su figura histórica, por lo tanto, continúa pendiente. Moradiellos no pretende reiterar las habituales críticas a la Transición –señala varios ejemplos históricos en los que se recurrió al olvido autoimpuesto para recomponer sociedades devastadas por el conflicto interno–, sino examinar este contraste entre negligencia hacia la figura histórica de Franco y su recurrencia en la vida pública española.

El resultado es un volumen enriquecedor escrito con claridad. Franco: anatomía de un dictador se divide en tres ensayos: uno que examina su figura en el plano personal; otro centrado en las bases sociales y políticas de su régimen; y el último, sobre la naturaleza de la dictadura en sí misma. Moradiellos señala que “los fantasmas del pasado siempre se pueden conjurar y exorcizar, pero lo que no se puede nunca es anularlos por completo ni suponer que no han existido”. Este libro, publicado en un momento idóneo para reflexionar sobre la figura de Franco, contribuye a este proceso de contextualización.