Autor: G. Willow Wilson, Adrian Alphon
Editorial: Marvel
Fecha: 2014
Páginas: 120
Lugar: Nueva York

Kamala Khan, superheroína musulmana

Blanca Palacián de Inza
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Kamala Khan es una superheroína de ficción cuyas aventuras se pueden leer en los cómics estadounidenses publicados por Marvel. Se trata del primer personaje musulmán que protagoniza su propio comic. Su serie comenzó en febrero de 2014.

La protagonista, Khan, es una adolescente norteamericana, de ascendencia paquistaní, que vive en Nueva Jersey. Su habilidad o superpoder es cambiar de forma. El primer volumen de Ms. Marvel, que así se llama Kamala Khan, ganó el Premio Hugo a la mejor historia gráfica en 2015.

Kamala se puede considerar como perteneciente a las llamadas segundas generaciones de inmigrantes. Este apelativo de segunda generación se considera controvertido en tanto en cuanto da a entender que es una réplica de la generación anterior. ¿Cuántas generaciones han de pasar para que una persona que administrativamente ya es nacional lo sea socialmente? Desde nuestro punto de vista, sin embargo, este término se ajusta muy bien a la realidad social pues, precisamente una de las dificultades que ha de enfrentar esta llamada segunda generación es el estigma de haber heredado la extranjería. De este modo, se trata de personas cuya identidad no puede definirse según un lugar, puesto que no son ni de aquí, ni de allí.

Por identidad entendemos el conjunto de características que posee un individuo y por las que es conocido. Buena parte de dicha identidad se construye a partir de las interacciones sociales y en su formación tienen mucho peso las identidades colectivas, así como los sentimientos significativos de pertenencia o afiliación. En el caso de los individuos de segunda generación de inmigrantes, la pertenencia se ve comprometida al no sentirse identificados ni acogidos, en algunos casos —y de manera especial los musulmanes tras los atentados del 11-S—, por la sociedad en la que viven; pero al no compartir tampoco, a diferencia de la generación que les precede, una clara identificación con sus raíces, su historia, su idioma o sus creencias. De este modo, y esto queda perfectamente reflejado en Ms. Marvel, se debaten entre la necesidad de seguir la historia familiar y la de entrar en el molde de la sociedad que les ha visto nacer. Ante esta difícil coyuntura, en algunos casos, en palabras de la doctora Nathalie Hadj Handri, sufren una esquizofrenia cultural que, en determinadas situaciones, les impele a reivindicar la identidad contraria al país donde viven. En algunas ocasiones, la religión representa la seña de identidad que marca la diferencia con la sociedad de acogida y es utilizada de forma exacerbada como rebeldía ante la estigmatización. Afortunadamente, es el menor de los casos.

 

Ms Marvel family and religion 2

 

Por este motivo, tener un personaje de comic –medio especialmente privilegiado por su accesibilidad, su atractivo visual y su sencilla lectura– que representa a una heroína que muestra, entre otras aventuras, las dificultades identitarias anteriormente descritas, es una de las mejores ideas que ha podido tener la editorial Marvel. A través de la lectura de estos comics podemos entender dichas dificultades, empatizar con ellas y aplaudir la visibilidad de una generación que existe y seguirá existiendo, que en sí misma no representa una amenaza per se, pero que sí ha de lidiar con unos retos que en algunos casos pueden derivar a comportamientos no deseables por la sociedad en la que viven.

Las formas de comunicación que el hombre ha desarrollado para explicar su entorno se han diversificado mucho y, entre ellas, el comic ocupa un lugar cada vez más destacado. Existen comics complejos donde investigar sobre las representaciones de la sociedad en el momento de la producción de las historias que relatan o simplemente utilizar esta fuente para entender un poco más el mundo en el que nos ha tocado vivir. Ms. Marvel, sin dejar de lado la ficción y la aventura, atiende a ambos objetivos.

Es indispensable superar narrativas que sirven al impulso violento y de odio; tanto la radicalización como lo que supondría su victoria: la islamofobia. Es por tanto de muy recomendada lectura las peripecias de Kamala, así como una llamada de atención al fomento no solo de comics de tinte antiradicalizador y tolerante, sino de otras acciones como la promoción de jóvenes artistas que trabajen esta línea en otros ámbitos artísticos y de comunicación.