POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 117

Elecciones en Nigeria ¿’Petrolear’ la democracia?

Cyril I. Obi
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El petróleo y la situación de violencia en el delta del Níger han marcado las elecciones nigerianas de abril. De la evolución de Nigeria, el mayor exportador de petróleo y el país más poblado de África –socio clave para EE UU– depende en gran medida la estabilidad del continente.

Nigeria, el mayor exportador de petróleo de África y un gigante en ciernes del gas natural, ha celebrado unas elecciones cruciales el 14 y el 21 de abril en medio de acusaciones de fraude y protestas violentas. En la primera votación se elegían los cargos de gobernador en los 36 Estados del país y los miembros de las cámaras estatales, y en la segunda, una nueva Asamblea Federal Nacional (Parlamento) y la presidencia. Estaba en juego el control del poder en el que posiblemente sea el país con la economía más rica, el mayor mercado y, sin duda, con la mayor población y diversidad étnica de África.

Ha sido la primera vez que un presidente civil elegido a través de elecciones cedía el poder a otro civil en la tumultuosa historia política de Nigeria, y la primera vez que se celebran tres comicios consecutivos en un régimen democrático desde la independencia del país, en 1960. Pero las elecciones han sido, sobre todo, una prueba de que el regreso a la democracia que Nigeria protagonizó en 1999 (después de casi tres décadas de dictadura militar) vive momentos de incertidumbre.

Umaru Yar’Adua, el candidato del gobernante Partido Democrático Popular (PDP), ganó en las presidenciales del 21 de abril por 24,9 millones de votos, frente a las 6,6 millones de su principal rival, el general Muhammadu Buhari, y los 2,6 millones del ex vicepresidente, Atiku Abubakar. El máximo premio entre las facciones de la élite política nigeriana es el cargo de presidente, que confiere…

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