POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 193

La aplicación ‘Study (Xi) Strong Country’, desarrollada por el gobierno chino, se ha convertido en la más popular del país. Proporciona a los usuarios información del gobierno y sobre el pensamiento del presidente, Xi Jinping, así como servicios de calendario, fotografía y envío de dinero. La aplicación accede a datos del móvil de los usuarios (15 de octubre de 2019). NURPHOTO/GETTY

La fragmentación del mundo tecnológico

La falta de confianza y la brecha geopolítica fomentan un ‘decoupling’ tecnológico que pone en riesgo la globalidad del ecosistema de internet como lo conocemos ahora.
Christoph Steck
 | 

En 2019 se cumplieron 30 años de la World Wide Web y 45 años del protocolo IP. Ambos fueron fundamentales para crear internet, un espacio global e interconectado que ha abierto la información a miles de millones de personas y ha revolucionado nuestros sistemas económicos y sociales. Si “el mundo es plano” como dijo Thomas Friedman en 2005 para describir la globalización de las economías, lo es, sobre todo, gracias a internet. Muchos estudios han demostrado que aquellas regiones que intercambian gran cantidad de datos, desarrollan también más comercio.


Publicidad


Hoy el mundo digital de los flujos de datos vive en simbiosis con el mundo analógico del comercio. En un futuro no muy lejano, el comercio va a ser cada vez más digital, cuando por ejemplo impresoras 3D produzcan piezas en cualquier país basadas en diseños hechos al otro lado del mundo gracias a la transferencia de datos a través de internet. Cada vez más nuestra actividad económica va a estar basada en esta infraestructura compartida de internet que se ha convertido en la piedra angular de la economía globalizada actual.

Ahora bien, ya desde los años noventa este espacio global comenzó a fragmentarse en su “capa social”. El ejemplo más famoso es el Proyecto Escudo Dorado de China, más conocido como Great Firewall que se ideó en 1998 (año de nacimiento de ­Google) y empezó a ser operativo en 2003. El objetivo era regular y limitar el uso de internet, basado en la vigilancia y censura de actividades y aplicaciones, creando un gran cortafuegos para internet en China. Otros países, la mayoría con sistemas autoritarios, han seguido su ejemplo, revisando la promesa de internet como un acelerador de sistemas democráticos y sociedades abiertas que empodera a las personas para transformarlo en un sistema que ofrece mecanismos de control social…

INICIA SESIÓN PARA SEGUIR LEYENDO