La inserción de América Latina en el mundo es fundamentalmente económica –con un importante peso del sector energético y bienes primarios–, aunque en las últimas décadas ha crecido también su presencia blanda –fundamentalmente en deportes, turismo e información– hasta suponer un nada desdeñable 46% de su presencia global en 2015.
Sin embargo, si comparamos el valor de presencia blanda obtenido por América Latina con el de otras regiones del mundo, destaca el bajo lugar que ocupa en esta dimensión. En 2015 se situaba por detrás de Asia y Pacífico, como cabría esperar, pero también de Magreb y Oriente Próximo, y esto a pesar del impacto de los distintos conflictos en la región.

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