Informe Semanal de Política Exterior
La nueva mano de obra que sostiene el poder de Pekín
China está viviendo una transformación silenciosa, pero de enorme calado para la economía. A medida que los salarios crecen y el país pierde parte de la abundante mano de obra barata que durante décadas cimentó su rol como fábrica del planeta, una nueva fuerza laboral está emergiendo: los robots.
La celebración de la 25ª cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y el reciente desfile militar en Pekín ha servido, entre otras cosas, para mostrar la pujanza de la ‘amistad sin límites’ que Xi Jinping y Vladimir Putin anunciaron apenas unos días antes de que Moscú invadiera Ucrania.
El jefe de gobierno francés, sin mayoría en la Asamblea Nacional, decidió jugarse su continuidad para intentar desbloquear un país atrapado en la aritmética parlamentaria desde las legislativas anticipadas de 2024, que fragmentaron aún más el hemiciclo. Los principales partidos de la oposición han anunciado que votarán en contra.
Hasta ahora, India y Brasil habían tratado de mantener un ‘multialineamiento’ de geometría variable, que Trump va a poner a prueba. La quinta y la novena economías del mundo no van a tener otra salida que acercarse a la órbita del eje Pekín-Moscú si quieren conservar cierta autonomía estratégica.
El despliegue naval estadounidense en las costas venezolanas ha dejado en un segundo plano un asunto de gran calado para las relaciones del continente: la crisis agrícola en California por la escasez de mano de obra generada por las redadas y deportaciones del ICE.

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#ISPE 945. 6 julio 2015 