El psicodrama que se ha vivido en la Unión Europea la pasada semana, en torno al inicio de negociaciones con Turquía para su adhesión, ha puesto en evidencia las profundas tensiones que recorren el continente. La construcción europea parece estar alcanzando sus límites.

Los efectos del Katrina han creado un profundo desasosiego en EE UU. The New York Times habla de “vergüenza”. Pero la preocupación ha ido más allá de la actuación de George W. Bush y de las autoridades locales ante el desastre. Para Newsweek lo ocurrido ha sido consecuencia de un Estado ineficaz que no garantiza la seguridad de sus ciudadanos y que está elevando “la tasa de pobreza a niveles desconocidos (12,7%)”.

Las continuas avalanchas de subsaharianos en las ciudades de Ceuta y Melilla, la incapacidad española para frenarlas usando medios policiales convencionales –ahora parcialmente reforzados con efectivos militares– y la insuficiente reacción de las autoridades marroquíes, que algunos califican de pasividad deliberada, hacen necesarias soluciones más eficaces.

El pasado 17 de septiembre el presidente chileno, Ricardo Lagos, firmó la ley de reforma constitucional aprobada por el Congreso para eliminar los “enclaves autoritarios” de la carta heredada del régimen militar de Augusto Pinochet. A partir de ahora el presidente podrá destituir a los comandantes de las fuerzas armadas; el Consejo de Seguridad Nacional ha quedado reducido a un organismo consultivo y sólo se convocará a petición del jefe del Estado.

Las pasadas elecciones municipales palestinas tuvieron un claro vencedor: el partido gubernamental, Al Fatah; pero el gran ganador ha sido el movimiento fundamentalista Hamás. El partido del presidente, Mahmud Abbas, logró la victoria en 55 de las 104 comunidades en las que se realizaron las elecciones del 28 de septiembre, mientras que Hamás se adjudicó 25. Pero entre ellas se cuentan 15 de las 32 localidades más grandes, con poblaciones de entre 4.000 y 13.000 habitantes. Al Fatah sólo ganó en nueve, mientras que en otras ocho los resultados están por decidirse