EL presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha querido terminar el año mirando hacia el futuro en cuestiones de política exterior. Y lo ha hecho presentando con solemnidad en el palacio de La Moncloa el plan de acción Asia-Pacífico para el periodo 2005-08. Desde los tiempos en que era ministro de Asuntos Exteriores Abel Matutes, un empresario con amplios intereses en Asia, ya se hablaba en la administración española de la necesidad de prestar más atención a esa región. Según datos del Banco Mundial, si Asia representaba en 1950 el 19% del PIB mundial, hoy representa el 33%, y se estima que para 2025 generará anualmente más del 50% de la riqueza del planeta.

Los preparativos de la cumbre UE-África prevista para la próxima primavera en Marruecos, la segunda tras la celebrada en El Cairo en 2000, y la puesta en marcha de la guardia costera europea para el Mediterráneo centrarán gran parte de las agendas diplomáticas de España y de los países mediterráneos. Los comisarios europeos de Justicia e Interior, Franco Frattini, y de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, anunciaron el 1 de diciembre el compromiso de la Comisión Europea de organizar la cumbre con los países africanos en el primer semestre de 2006, antes del verano, cuando la presión migratoria irregular se hace más intensa en el Mediterráneo

Las recientes decisiones de Brasil y Argentina de saldar la totalidad de sus deudas con el FMI, de 15.500 millones dólares y 9.800 millones, respectivamente, y cuyos vencimientos se cumplían en 2007, han sido recibidas por los mercados de distinta forma. En principio, librarse de la tutela del FMI siempre es una buena noticia en América Latina, donde las “cartas de intención” y la supervisión de sus técnicos son consideradas como una forma apenas velada de injerencia económica

Los cambios en el frente palestino-israelí en 2005 anticipan un 2006 que podría reabrir el camino diseñado en el plan de paz del Cuarteto –EE UU, ONU, Rusia y la UE– y la Hoja de Ruta. Ello dependerá de que los dirigentes de ambas partes comprendan la necesidad de adaptarse a las transformaciones tanto internas como de la situación regional e internacional. Pero también de que EE UU, cuya intervención directa en unas duras negociaciones palestino-israelíes sobre la frontera entre Gaza y Egipto permitió el único acuerdo importante obtenido en 2005, decida superar sus inhibiciones y presionar con la misma intensidad en el futuro.

En las últimas semanas Argelia ha reforzado sus vínculos energéticos con España y Europa. En noviembre comenzaron negociaciones entre compañías españolas e italianas para formar dos consorcios por valor de 3.000 millones de dólares para construir centrales energéticas y cables submarinos e importar energía eléctrica desde el país magrebí. El 17 de diciembre, el presidente de Cepsa, Carlos Pérez de Bricio, y el de la petrolera estatal argelina Sonatrach, Mohamed Meziane, firmaron en Argel un acuerdo por 20 años para la compra anual de 1.600 millones de metros cúbicos de gas natural, el mayor contrato suscrito por el gobierno de Argel.