Mientras que los discursos sobre el estado de la Unión, como el que dirigió al Congreso el 31 de enero George W. Bush, se han convertido en un ritual anual sin mayor significado político por su reiteración de eslóganes de campaña y propaganda autocomplaciente, el verdadero debate político en EE UU parece haberse trasladado a las pantallas de cine, como lo demuestra la presencia entre las nominadas a los Oscar de un serie de excelentes películas que abordan asuntos de la mayor importancia y actualidad políticas.

La reducción por Repsol YPF de sus reservas probadas de gas y crudo en 1.254 millones de barriles equivalentes de petróleo (BEP), un 25% del total en Bolivia, Argentina y Venezuela ha provocado tal diversidad de interpretaciones que hasta ahora no se han aclarado las razones que llevaron a Antoni Brufau, su presidente, a tomar esa decisión. Mientras que los agentes de bolsa y bancos de inversiones han primado las explicaciones técnicas, los analistas y medios de prensa se han decantado por las políticas

Algunos de los negociadores clave de la ronda de Doha volvieron a encontrarse en el último Foro Económico Mundial en Davos (Suiza) y pusieron sobre la mesa sus exigencias para conseguir que las actuales negociaciones para liberalizar el comercio mundial culminen con éxito. La cuestión que estaba en el aire era cómo plasmar en cifras aceptables por todos el acuerdo alcanzado en Hong Kong el pasado diciembre por los 149 ministros de Comercio de los países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Ese acuerdo de mínimos salvó la ronda de Doha, que languidecía desde que la anterior cumbre ministerial fracasara en Cancún en septiembre de 2003. Pero evitar un fracaso no es lo mismo que conseguir un éxito

La anunciada decisión de Uruguay de iniciar negociaciones para la firma de un tratado libre comercio con EE UU, lo que rompería la unidad de Mercosur, ha sido una primera señal del pragmatismo que comienza a reinar en algunos gobiernos de izquierda de América Latina. Bajo las reglas del bloque suramericano, sus miembros no pueden negociar individualmente un tratado de este tipo con terceros países. Mercosur ha suspendido negociaciones con Washington hasta que reduzca sus subsidios agrícolas. En diciembre el bloque aceptó como miembro pleno a Venezuela. Su presidente, Hugo Chávez, ha reiterado que jamás firmará un acuerdo de libre comercio con EE UU.

Tras la resolución de la crisis ruso-ucraniana en torno al abastecimiento de gas, las relaciones bilaterales han vuelto a agravarse tras un incidente producido por el anuncio de Kiev de su intención de controlar unos faros que, aunque situados en la península de Crimea, están bajo control militar ruso en virtud de los acuerdos de 1997, por los que Moscú consiguió asegurarse el uso de bases en esa península para su flota del mar Negro.