La escasa –o nula– disposición a institucionalizar la supervisión internacional sobre los mercados financieros fue el mayor fracaso de la cumbre del G-20 en Washington. Gordon Brown propuso, por ejemplo, la creación de un órgano que supervisara al menos las actividades internacionales de los 30 bancos más grandes del mundo, un buen comienzo.

El pasado 11 de noviembre el presidente ruso, Dmitri Medvedev, sorprendió a propios y extraños enviando al Parlamento ruso una propuesta de enmienda constitucional que ampliará el mandato del jefe del Estado de cuatro a seis años. Lo extraño del caso es que el año pasado, el ex presidente y hoy primer ministro, Vladimir Putin, prefirió dejar la presidencia, tras agotar los dos mandatos que le permitía la Constitución, antes que reformar la Carta Magna para permanecer en el poder.

Tras la tregua declarada por el general rebelde Laurent Nkunda el pasado 29 de octubre, que él mismo no respetó, se han sucedido los intentos para detener los combates en la región nororiental congoleña de los Kivus, aunque hasta ahora con escasos resultados. Mientras, se multiplican las informaciones sobre masacres, violaciones, carestía de alimentos y la aparición de una epidemia de cólera en una zona cubierta por una densa jungla tropical y casi sin carreteras practicables.

Desde 2000, cuando Alberto Fujimori intentó hacerse reelegir de forma fraudulenta en Perú, ninguno de los muchos procesos electorales realizados en América Latina habían sido deslegitimados por los observadores internacionales y todos sus resultados terminaron siendo aceptados, aunque con algún retraso ocasional, por los candidatos derrotados

Hamás se hace fuerte en Gaza. Gradualmente, sus milicias imponen su ley, mientras sus dirigentes mantienen su popularidad pese al asfixiante embargo internacional, que ha creado un grave problema humanitario. ¿Pese al embargo? Parecería más bien, gracias a él… y a Israel.