España difícilmente vivirá a medio plazo un periodo de proyección internacional como el experimentado en las últimas décadas. La imagen del país ha sido devastada por la crisis. La prensa de todo el mundo ha informado de la prima de riesgo de la deuda española, del creciente desempleo y, también, de la crisis política interna y del deterioro en la valoración de las instituciones. El más notable el de la monarquía. El futuro rey Felipe VI tendrá que relegimitar la Corona, como en su día hizo su padre. La política exterior es un terreno adecuado para ello.

Las elecciones europeas han alterado radicalmente el escenario político francés, tanto que quizá el “bipartidismo imperfecto” de las últimas décadas sea ya parte de un pasado irrecuperable. La primera victoria del Frente Nacional (FN) a escala nacional en sus 52 años de historia, logrando 24 de los 74 escaños que le corresponden a Francia en la Eurocámara, ha dejado al gobierno socialista y a la oposición en una situación precaria.

La contundente victoria del primer ministro italiano, Matteo Renzi, en las elecciones europeas ha demostrado que, con la excepción de Alemania, los partidos en el gobierno solo triunfan electoralmente cuando proponen una alternativa a la política de austeridad de la troika. Pese a que en sus casi 100 días de gobierno el líder del centroizquierdista Partido Democrático no ha sido capaz de poner en marcha ni siquiera una mínima parte de su programa de reformas, le ha bastado proponer a los italianos una política de crecimiento para conseguir una victoria que los electores han negado a sus pares en Francia, España o Reino Unido.

El asesinato de tres personas el 24 de mayo en un ataque contra el Museo Judío de Bruselas y la posterior detención del francés Mehdi Nemmouche como presunto autor del crimen, confirma los extendidos temores sobre los efectos en Europa del activismo yihadista en Siria y otros campos de batalla en países islámicos. Nemmouche había luchado en Siria durante un año bajo las banderas del Estado Islámico de Irak y del Levante (ISIS) antes de volver a Europa. Mohamed Merah, un yihadista francés que atentó contra un colegio judío en Toulouse en 2012 tras pasar por Afganistán, ya había puesto en evidencia el peligro que suponen las redes de reclutamiento de radicales islámicos en países europeos, especialmente en círculos marginales y carcelarios.

La abrumadora votación obtenida por el nuevo rais egipcio, general Abdelfatah al Sisi, cercana al 97%, no ha sorprendido a nadie. Desde el momento mismo en que se despojó de su uniforme de mariscal para convertirse en candidato, todos los analistas daban por seguro que iban a regresar las victorias arrolladoras –y casi unánimes– del antiguo régimen.