Estados Unidos y Europa viven una fase de ajuste en sus relaciones. El final de la guerra fría y la emergencia de nuevas prioridades exteriores requieren una revisión del vínculo transatlántico. En la última década no sólo se han acumulado numerosas diferencias, sino que para EE UU los europeos han dejado de ser relevantes en esta nueva era de las relaciones internacionales.
POLÍTICA EXTERIOR > NÚMERO 89


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