La dimensión militar pierde peso en los países occidentales, que han ido configurando un perfil de presencia más apoyado en la dimensión blanda. El auge, en términos de presencia global, de los países emergentes ha sido sostenido fundamentalmente por su presencia económica, aunque cada vez más también de su presencia blanda y militar.
América Latina, África Subsahariana y Asia aumentan su presencia militar desde 2000, aunque con diferencias notables. Entre 2000 y 2014 esta dimensión aumenta un 69% en Asia y Pacífico, 30% en África Subsahariana y un 9,6% en América Latina. Este incremento, no obstante, respondería más a una mejora de los equipamientos militares que a una militarización de su presencia global, entendida como el despliegue de tropas en el exterior.

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