La sección de Estudios de este número 225 de la revista Política Exterior se dedica a analizar dos grandes cuestiones esenciales para el progreso de Latinoamérica: la situación de la democracia y los retos de la seguridad. Expertos de distintos países de la región estudian en las siguientes páginas su desarrollo político, social, jurídico y económico, y nos advierten de que la diversidad y las diferencias entre los 33 países miembros de esta comunidad han aumentado. Asimismo, los proyectos de integración regional han retrocedido y esta fragmentación no ayuda a abordar los retos comunes en una era geopolítica con muchas más incertidumbres.

A la tradición latinoamericana de caudillismo se suma ahora el modelo planteado por Nayib Bukele en El Salvador. El éxito de su “mano dura”, instrumentalizado por la Administración Trump, viene asociado a un altísimo precio para la democracia y el Estado de Derecho, por mucho que algunos lo vean como un icono internacional.

Una de las grandes preguntas que tendrán respuesta a medio plazo es si la condición de aliados occidentales de muchos de estos países se mantendrá o si la influencia de China y las ventajas de la triangulación desde el llamado Sur Global acabarán imponiéndose. El aislacionismo combinado con el imperialismo de la política exterior de Donald Trump debilita la influencia de Washington e invita a los europeos a una política latinoamericana más estratégica.

España se entiende como un país iberoamericano y esta vocación histórica debe ser respaldada con una política exterior muy activa y comprometida. Es preciso que se convierta en una verdadera prioridad y oriente el trabajo de las instituciones europeas, que miran a nuestro país en busca de iniciativas y liderazgo.