Entre el 6 y 18 de noviembre la ciudad egipcia de Sharm el Sheij acoge la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), celebrada por quinta vez en territorio africano, uno de los continentes más vulnerables ante el calentamiento global. El pesimismo domina la cita, a pesar de lo mucho que hay en juego. La mayoría de países sigue incumpliendo sus compromisos y el actual escenario internacional, marcado por una creciente rivalidad, no ayuda. La colaboración entre los dos principales emisores globales, Estados Unidos y China, está bajo mínimos, por no decir rota.
Es difícil que las palabras del secretario general de la ONU, António Guterres, pasen inadvertidas: “El mundo no puede esperar. Hoy estamos en una lucha a vida o muerte por nuestra seguridad, y por nuestra supervivencia el día de mañana”. Entre las manifestaciones recientes de esta amenaza, Guterres nombra el huracán Ian…

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