La cita, bautizada por el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio como la “Cumbre Trump”, no fue en vano: el principal objetivo era calmar la amenaza de Trump de desentenderse de la seguridad europea si no se cumplían sus exigencias de gasto militar.
El resultado más inmediato fue el compromiso de elevar al 5% del PIB el gasto en defensa para 2035. El plazo representa un alivio provisional para Europa, aunque no exento de tensiones profundas. Trump ha reiterado su apoyo a la OTAN, pero ha dejado claro que espera un cambio radical en la relación transatlántica, pasando de una dinámica de reparto de cargas a otra de desplazamiento de responsabilidades hacia Europa.
La cumbre dejó muestras claras de desunión. La más evidente fue la del presidente Pedro Sánchez, quien expresó claramente que semejante incremento resultaría “incompatible con el Estado del bienestar” y desencadenó las posteriores amenazas comerciales de…