La posibilidad de un nuevo acuerdo nuclear entre EEUU e Irán no estaría hoy en cuestión si Donald Trump no hubiera decidido, en mayo de 2018, denunciar el que en julio de 2015 se había ya logrado entre ambos países, con el aval añadido de Alemania, China, Francia, Reino Unido y Rusia.
El acuerdo, conocido como Plan de Acción Integral Conjunto, por el que, a cambio del levantamiento de las sanciones que pesaban sobre Teherán, Irán se comprometía no solo a no desarrollar armas nucleares. También pretendía limitar su capacidad de enriquecimiento de uranio hasta el 3,67% y a permitir inspecciones de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) en todas las instalaciones.
La abrupta salida estadounidense del pacto ha derivado en que, primero de todo, Irán ha intensificado su actividad de enriquecimiento. En la actualidad cuenta con unos 408kg de uranio enriquecido a más del 60%, acercándose al…

Junio-julio 1995 - Digital