INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1339

¿Un divorcio imposible?

Las visitas a China de la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, y del vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, para distender las relaciones con el gigante asiático, son una nueva muestra de que Washington y Bruselas son conscientes del precio prohibitivo –y quizá imposible de pagar– de un “desacoplamiento” de sus respectivas economías.

Poco antes de que China ingresara a la Organización del Comercio en diciembre de 2001, George W. Bush predijo que el libre comercio activaría en el gigante asiático un círculo virtuoso económico que terminaría liberalizando su sistema político. “El tiempo está de nuestra parte”, subrayó confiado.

Dos décadas después, sin embargo, ha quedado claro que el tiempo corrió a favor del dragón. Japón es hoy la tercera economía mundial, pero su PIB no llega al 25% del chino. Y los de Alemania, India, Reino Unido y Francia, los cuatro siguientes, son aun más bajos. De hecho, la suma de las economías de China y EEUU supera a la de las 33 siguientes juntas.

En 2023, China sustituyó a Japón como mayor exportador mundial de automóviles, especialmente de vehículos eléctricos (VE) gracias, entre otras cosas, a su virtual monopolio del procesamiento de minerales clave para la transición energética: cobalto, níquel, tungsteno,…

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