Editorial: Knopf
Fecha: 1998
Páginas: 624
Lugar: Nueva York

#25años25libros: un mundo transformado

George Bush y Brent Scowcroft
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#25años25libros. Mirando hacia atrás, los últimos 25 años aparecen como un periodo que marca el fin de una era. En nuestro 25 aniversario, ofrecemos un repaso por los 25 libros que han ayudado a entender mejor la dinámica de esta transformación y el nuevo mundo que ya está aquí.

 

El gobierno de George Bush (1989-1993) se econtró desde el primer momento con la necesidad de responder a los rápidos acontecimientos en Europa y, de este modo, con una política exterior que debía ajustarse a toda velocidad a las prioridades  marcadas por Mijail Gorbachov y Helmut Kohl. El presidente Bush y su asesor de seguridad nacional, Brent Scowcroft, relatan a modo de conversación en A world transformed el proceso de desmantelamiento del orden bipolar. Igualmente interesante es la explicación de cómo se sentaron las bases en esos años de la nueva arquitectura de seguridad en Europa paralelamente a la reunificación alemana.

Como señala el New York Review of Books en la reseña de este libro publicada en 1998, las dos voces que aparecen en el libro muestran las grandes diferencias entre sus autores. Especialmente, llama la atención la ingenuidad que reflejan algunas de las palabras del presidente Bush (sacadas de su diario), frente a la visión más estratégica de Scowcroft. En cualquier caso, ambos fueron políticos prudentes e inteligentes en una época de enormes cambios: el colapso de la URSS y la reunificación alemana y la primera guerra de Irak.

«El día después de la cumbre en Gobvernors Island, me senté con Brent Scowcroft, mi consejero de seguridad nacional, en la casa del vicepresidente en el Naval Observatory de Washington. Le dije que quería subir con algo espectacular/drástico para impulsar las relaciones con Moscú –y no solo responder a las ideas de Gorvachov–. Sino algo grande e innovador que reafirmara el liderazgo estadounidense a la hora de formar la agenda internacional. Gorbachov se nos presentó como una enorme oportunidad para llevar a cabo cambios fundamentales. Aunque no podría prever el cambio radical que se produciría en los siguientes cuatro meses, creía que, dado el compromiso de Gorbachov con la reforma y con unas mejores relaciones con Estados Unidos, teníamos la oportunidad de dar pasos adelante significativos, particularmente en control de armamentos».

Empezaban los años en los que Estados Unidos se encontraría, por primera vez en su historia, como potencia absoluta, sin ninguna amenaza significativa para su seguridad. Lo que era bueno para EE UU parecía bueno para el resto del mundo. Sin embargo, todo el cambio actual se estaba fraguando en aquellos años.