POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 204

Una familia afgana a su llegada a la base de Torrejón de Ardoz (Madrid, 24 de agosto de 2021). GETTY

Comprometidos con Asia

Casa Asia cumple 20 años dedicada a acercar el continente a España. Hoy son más necesarias que nunca las redes políticas, sociales, culturales y económicas que genera la diplomacia pública.
Javier Parrondo
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Asia es hoy un continente de oportunidades del que no puede estar ausente ningún país que pretenda ejercer algún protagonismo en las dinámicas globales contemporáneas. La emergencia de Asia en pleno siglo XXI, al que muchos han bautizado ya como el “siglo asiático”, es una evidencia. Actualmente, en torno al 60% de la población mundial vive en el continente asiático, y este concentra cerca del 50% del crecimiento económico y alrededor del 34% del PIB mundial en términos ­reales. Además, de entre las 20 mayores economías del mundo, cinco son asiáticas: China, Japón, India, Corea del Sur e Indonesia.

Con este escenario de fondo, en noviembre de 2021 Casa Asia cumple 20 años. El aniversario nos permite hacer balance de cuál ha sido su contribución al acercamiento entre Asia-Pacífico y España, pero también sentar las bases de lo que habrá de ser la Casa en el futuro, para seguir a la vanguardia del conocimiento sobre dicho continente, para ser una ventana abierta a Oriente en toda su diversidad, y para seguir creando redes que nos acerquen mutuamente.

Cuando Casa Asia se crea en noviembre de 2001 a través de un acuerdo entre el ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona, al que en 2007 se unió el Ayuntamiento de Madrid, no solo nacía la principal institución de diplomacia pública en España con esa región, sino que al mismo tiempo se reafirmaba la vertiente asiática de nuestra política exterior, que contó a partir de ese momento de mayor contenido y profundidad.

Esta constatación del auge de Asia comenzó a ser cada vez más evidente a finales del siglo XX, e hizo que algunos gobiernos occidentales se replantearan sus relaciones con el continente y establecieran una nueva orientación a su política exterior. A partir de la década de los noventa, la Unión Europea y sus Estados miembros comenzaron a ser conscientes de la necesidad de participar en las transformaciones que se producían en Asia y del riesgo de quedar relegados frente al ascenso de China y los procesos de integración transpacíficos. El cambio de paradigma se inició en Alemania en octubre de 1993 con la aprobación de un documento de estrategia, el “Asien-Konzept”, que ponía las bases de un nuevo enfoque hacia Asia, con un claro énfasis en el fomento de las relaciones económicas con China. Acto seguido, la Comisión Europea publicó en 1994 el documento “Towards a New Asia Strategy”, en el que proponía la adopción de una estrategia renovada de la UE hacia el continente, acorde con su extraordinario crecimiento económico, y que fuera más allá de las cuestiones comerciales y la cooperación al desarrollo, en torno a las que había girado hasta entonces la relación bilateral. A continuación, varios países europeos, entre ellos España, iniciaron una reflexión similar.

A pesar de haber sido pionera en la exploración y apertura de rutas marítimas en el Pacífico y de haber dejado una huella perdurable en algunos territorios, sobre todo en Filipinas, España contaba con una escasa presencia en Asia a finales de los años noventa, lo que motivó que el gobierno español empezase a tomar medidas para acelerar su proyección hacia esa región, elaborando una serie de documentos de estrategia que estructurasen la relación y establecieran un listado de prioridades. El I Plan Marco Asia-Pacífico (con dos tramos bienales: 2000-02 y 2002-04) supuso un notable esfuerzo en ese sentido y recogió, entre otras iniciativas, la de crear Casa Asia como consorcio público, con sede en Barcelona, y seis años más tarde también en Madrid. El Plan Marco sirvió de primer impulso para una labor que tuvo continuidad en años sucesivos a través del Plan de Acción Asia y Pacífico (2005-08), el Plan Asia-Pacífico 3 (2008-12), la Visión Estratégica para España en Asia (2018-22) y la Estrategia de Acción Exterior (2021-24).

En una primera etapa, Casa Asia se propuso sensibilizar a la sociedad española sobre la creciente importancia de Asia y el Pacífico, y facilitar el conocimiento sobre el continente a través de charlas y seminarios, el aprendizaje de lenguas orientales, o proyectos como el Festival Asia. A medida que ese conocimiento fue ampliándose con la aparición de nuevos actores y canales de acceso a la región, la labor de sensibilización fue sustituida por actividades que permitieran conectar las sociedades civiles y administraciones públicas de España y Asia. En ese esfuerzo, iniciativas como las Tribunas, que anualmente organiza Casa Asia con Filipinas, Corea del Sur e Indonesia, y que nos gustaría ampliar en el futuro a otros países asiáticos, han ­desempeñado un papel fundamental. Las Tribunas son foros de diálogo en torno a temáticas de interés, que se celebran alternativamente en España y el país de que se trate en cada caso, y que reúnen a expertos en la materia para hacer avanzar la agenda bilateral. Durante la pandemia se han celebrado en formato online, pero en breve retomaremos las reuniones presenciales con estos tres países, y continuaremos los esfuerzos por sumar a otros como Malasia o Tailandia, con los que ya hay conversaciones en curso.

 

«Las diásporas asiáticas, gracias a sus vínculos transnacionales, son claves para la diplomacia pública, contribuyendo a la imagen de España en Asia»

 

También en este ámbito ha sido muy productiva la colaboración con la Asia-Europe Foundation (ASEF), ­creada en 1997 en el marco del Proceso ASEM (Asia-Europe Meeting), sobre todo durante la XIV reunión de ministros de Asuntos Exteriores del Proceso, celebrada en Madrid en diciembre de 2019, y que permitió la organización conjunta de una serie de actos paralelos con gran éxito: el Festival Cultural ASEM, la IX Reunión del Model ASEM (la simulación de la reunión de ministros del ASEM entre estudiantes asiáticos y europeos) y el XII Seminario de Periodistas ASEM, en torno a la desinformación y las noticias falsas.

La aportación realizada por las primeras universidades españolas que implantaron departamentos y centros de estudios de Asia Oriental fue decisiva en ese conocimiento sobre Asia. Casa Asia firmó acuerdos de colaboración con algunas de ellas y contribuyó a facilitar la creación de programas de estudios de grado y posgrado centrados en Asia y Pacífico, en especial en Asia Oriental, y en algunos casos a fortalecer los programas existentes. En estos momentos, Casa Asia organiza anualmente la Reunión de Estudios Asiáticos, que ya va por su novena edición, en la que se congrega la comunidad académica española para analizar el estado actual de los estudios asiáticos de grado y posgrado en nuestro país, y compartir buenas prácticas sobre sus respectivas ofertas de estudio.

No menos importantes fueron los contactos establecidos desde la creación de la Casa con las diásporas asiáticas asentadas en España y sus distintas asociaciones, en especial con las más numerosas, procedentes de China, Pakistán, Filipinas, India y Bangladesh. Las diásporas, por sus vínculos transnacionales, sobre todo con sus países de origen, no solo contribuyen al desarrollo y al dinamismo de nuestras ciudades, sino que son claves para la acción de la diplomacia pública. Los contactos familiares o profesionales que mantienen con sus países de origen, así como su presencia en redes sociales y medios de comunicación, sobre todo digitales, contribuyen a la imagen de España y de las ciudades españolas en Asia. Recientemente, el valor de estos contactos se ha puesto en evidencia con la comunidad afgana asentada en nuestro país tras la operación de evacuación realizada por el gobierno español en agosto de este año, y con la que Casa Asia mantiene una estrecha relación. Teniendo como objetivo la creación de espacios para el encuentro y la colaboración entre personas de contextos culturales diversos, Casa Asia ha impulsado, entre otros proyectos, la Barcelona Coral Asia, en 2012, un coro formado por personas de origen diverso y con repertorio en lenguas asiáticas; o Aprendemos. Familias en Red (AFEX), en 2015, un programa de acercamiento entre familias de orígenes culturales diversos y los centros educativos.

Otro aspecto fundamental en ese proceso fue el trabajo con think tanks y centros de investigación españoles, que permitiera a España integrarse en redes europeas de investigación sobre Asia, y hacerles partícipes de las iniciativas de investigación en torno a ese continente. Casa Asia se propuso igualmente servir de repositorio de conocimientos y contribuir así a los trabajos de estas instituciones, y para ello puso en marcha iniciativas como el Observatorio de Asia Central, que incluye un boletín trimestral, la organización de charlas y seminarios sobre esa zona geográfica, de creciente importancia estratégica, y el programa de becas Ruy de Clavijo, en memoria del embajador del rey castellano Enrique III, que viajó a la corte del gran Tamerlán a principios del siglo XV.

En el plano económico, Casa Asia ha trabajado conjuntamente con las empresas, asociaciones empresariales y agentes públicos de promoción comercial y de inversiones en el exterior, sirviendo de catalizador de iniciativas que favorecieran el estrechamiento de relaciones con ese continente. A tal efecto, organiza anualmente un Consejo Económico, en el que se analizan las tendencias más destacadas en la economía asiática y las oportunidades de negocio, teniendo en cuenta la firma de acuerdos de libre comercio con países asiáticos o iniciativas regionales de integración comercial en Asia, como la Asociación Económica Integral Regional.

El crecimiento de las clases medias y la creciente digitalización en Asia han conllevado importantes transformaciones en sectores como el comercio electrónico o el turismo asiático, que han sido abordados por Casa Asia con el fin de hacer llegar al sector empresarial la información necesaria para su expansión por el continente, incluyendo en su momento la organización de un congreso internacional de turismo asiático. También se han llevado a cabo iniciativas como Asia Innova, en el área de la innovación y startups, para poner en contacto a los ecosistemas español y asiático y el ­desarrollo conjunto de proyectos.

Vivimos en un mundo acelerado, pero es en Asia donde esos cambios se están haciendo notar con más fuerza. Solo basta fijarnos en ámbitos como la urbanización (se ha pasado del 27% de población urbana al 60% en apenas 40 años), el desarrollo de ciudades inteligentes (muchos de los proyectos más innovadores en este campo tienen su origen en Asia), la necesidad de adaptarse al cambio climático y aumentar la resiliencia de las sociedades, o la cultura (Asia es cada vez más exportadora de contenidos culturales al resto del mundo).

Nos encontramos además en un momento clave, ya que la geopolítica de la región está en plena mutación: en primer lugar, por la rivalidad Estados Unidos-China, que marca el ritmo de los acontecimientos; en segundo lugar, porque se va imponiendo un nuevo marco conceptual, el Indo-pacífico, con sus visiones antagónicas; y finalmente, por el papel central que desempeñará la conectividad, con iniciativas como la Franja y la Ruta, lanzada en 2013 por el gobierno chino, a la que la UE ha replicado con su propia estrategia de conectividad euroasiática que incluye aspectos que no solo se refieren a las infraestructuras, como la energía, redes digitales e intercambio de personas. En ese tablero se decidirá la hegemonía mundial en el siglo XXI.

Casa Asia quiere seguir contribuyendo al proceso de reflexión estratégica sobre cómo esos cambios afectan a nuestros intereses, acompañar los esfuerzos de instituciones públicas y privadas que buscan posicionarse en Asia, crear redes con actores asiáticos en los planos político, económico, cultural y social, y reforzar su centralidad en la generación y difusión del conocimiento sobre Asia. Nos esperan años de transformaciones, y estamos preparados para el reto. ●