>   NÚMERO 72

#EcoExt72: Mujeres, ciudadanía plena

Carta a los Lectores
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Madeleine Albright nacida checa, primera secretaria de Estado mujer en Estados Unidos, dijo aquello de que “el mundo estaría mejor si estuviera dirigido por mujeres”. Clara Campoamor, madrileña y campeona del voto femenino en España, clamaba en el Congreso de los Diputados: “Solo hay una cosa que hace un sexo solo: alumbrar; las demás las hacemos todos en común y no podéis venir aquí vosotros a votar, legislar sobre la mujer y sobre el hijo, aislados, fuera de nosotras”. Hace 500 años, Teresa de Ávila nacida con el instinto de la escritura, escribe a sus carmelitas descalzas: “Ansí como dicen que ha de hacer la mujer, para ser bien casada, con su marido, que si está alegre se ha de mostrar alegre y que si está triste, aunque no lo esté, triste. ¡Mirad de qué sujeción os habéis librado, hermanas!”. Teresa va más allá: advierte a las religiosas que no deben hacer lo mismo que los nobles que “viven en unas moradas suntuosas construidas porque se ha privado a los pobres de lo que necesitaban” (Camino, capítulo II). Ni discriminación de género ni discriminación social, feminismo y cristianismo avanzando de la mano.

El mundo sí tiene dirigentes mujeres, pocas. En Reino Unido y Alemania. Presidentas en India, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka, Filipinas. En la actualidad tres presidentas en América Latina, Argentina, Brasil, Chile, además un 23 por cien de ministras en sus gobiernos, frente a un 16,75 por cien mundial. Otra cara, sin embargo, menos amable: los flujos migratorios constituidos por mujeres superan el 48,2 por cien del total, con dos contingentes muy destacados, el de América Latina-Caribe, el 57 por cien de las mujeres emigrantes, y el de Asia Oriental, el 46 por cien. ¿Qué destinos y qué empleos? Las llamadas “3 D”, por los norteamericanos: Difficult,

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