POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 160

Al Sisi en la ceremonia de toma de posesión de la presidencia (El Cairo, 8 de junio de 2014). GETTY

Egipto estrena la era Al Sisi

El regreso de un general al poder confirma para algunos la idea de que Egipto solo puede gobernarse con puño de hierro. No parece, sin embargo, que el país árabe vaya a admitir a un nuevo Mubarak.
Ricard González
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Después del golpe de Estado del 3 de julio de 2013 que puso fin a un año de experimento islamista en Egipto, se produjo una cierta disonancia entre los centros de poder político formales e informales, al menos según la percepción de muchos observadores. Egipto contaba con un presidente interino civil, Adly Mansur, así como también con un gabinete bajo la dirección de un tecnócrata. Sin embargo, se consideraba que el resorte último de poder estaba realmente en manos de las fuerzas armadas y, más concretamente, del ministro de Defensa, Abdelfatah al Sisi. Suyas eran las fotografías de los posters y carteles que adornaban las calles de El Cairo, y él era el objeto principal de adulación de los medios de comunicación oficialistas.

Tras las elecciones presidenciales de mayo ha desaparecido esta dualidad de poderes. Vencedor claro de los comicios, el flamante raïs Al Sisi es a todas luces el líder único del nuevo régimen. Así pues, la presidencia de Egipto vuelve a corresponder a un hombre surgido de las filas del ejército, como ha sucedido durante las últimas seis décadas con un breve interludio: el año de gobierno del islamista Mohamed Morsi y sus Hermanos Musulmanes.

Los tres convulsos años que han seguido a la revolución de 2011 han reafirmado en su opinión a aquellos que sostienen que Egipto solo puede ser gobernado con puño de hierro por un general. Sin embargo, el Egipto de 2014 no es el mismo que el de las décadas anteriores. El país árabe ha experimentado muchos cambios en los últimos años, entre ellos el surgimiento de una generación de jóvenes con unas mayores expectativas y exigencias que sus padres. Por tanto, no está claro que aún funcione la misma fórmula que permitió al exdictador Hosni Mubarak gestionar Egipto sin mayores sobresaltos durante cerca…

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