INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1064

#ISPE 1064. 26 diciembre 2017

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Tras años de campaña las grandes operadoras de telecomunicaciones de EEUU han conseguido lo que hasta hace poco parecía imposible: que la propia Federal Communications Commision (FCC) decida acabar con las restricciones ligadas a la llamada neutralidad en la red que aprobó en 2015.

Ese principio legal garantiza que los proveedores de servicios de Internet y los gobiernos que la regulan traten el tráfico en la red de manera equitativa para todos, es decir, sin cobrar tarifas diferenciadas que dependan del contenido, plataforma o aplicación a la que se acceda o según el tipo de dispositivos que se usen para acceder a la red.

La legislación de 2015 prohibía el bloqueo de las operadoras de webs de contenidos legales, la reducción de la velocidad de transmisión de datos según la naturaleza de los contenidos y la creación de un servicio de Internet más rápido para compañías y consumidores que pagaran más.

Por ello en EEUU algunos analistas califican la neutralidad en la red como la “primera enmienda” de Internet. Sin embargo, el 14 de diciembre, la FCC aprobó, por tres votos contra dos, desmantelar las propias normas de 2015, cuando otorgó la condición de servicio público a la banda ancha en Internet.

Desde la elección de Donald Trump estaba claro que la neutralidad en la red tenía los días contados. Las operadoras –tanto en EEUU como en la Unión Europea– no consideran justo que se les obligue a dar acceso a la red a particulares y plataformas de Internet al mismo precio. Según sus argumentos, mientras ellas tienen que hacer las grandes inversiones en banda ancha, quienes se benefician de esas infraestructuras son gigantes tecnológicos como Facebook, Amazon o Google, que las utilizan pagando precios ínfimos.

Por su parte, las grandes tecnológicas sostienen que no tienen por qué pagar por…

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