Desde el establecimiento de relaciones diplomáticas en 1973, la política española hacia la República Popular ha sido coherente: la aceptación de una sola China, el apoyo a la política de apertura y al gobierno en momentos de aislamiento y el respaldo para su entrada en organismos internacionales. Entre los países de la UE, España proyecta una imagen de nación en la que se puede confiar. No obstante, las empresas españolas han de superar su falta de credibilidad tecnológica y demostrar su capacidad industrial.
> NÚMERO 13

La imagen de España en China
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