Los asaltos de inmigrantes a las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla son el último de los imponderables que, con carácter cíclico, ponen a prueba las relaciones hispano-marroquíes. Ni España ni Marruecos pueden afrontar solos la inmigración masiva hacia la Unión Europea.
POLÍTICA EXTERIOR > NÚMERO 108


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