La telefonía móvil GSM es el ejemplo más claro de éxito de las políticas tecnológicas europeas impulsadas mediante regulación. Europa ha registrado el nivel de penetración más alto del mundo. Los retos ahora son: precios decrecientes y modelos de tarificación menos ligados al tiempo.
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Hacia una nueva competitividad europea
Islam y Europa: las manzanas de la discordia
Caer en la trampa de Putin