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Las comunicaciones móviles

Carta a los lectores
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Los sistemas de telecomunicaciones –tele en griego significa lejos– desarrollan una serie de técnicas que permiten transmitir la inteligencia y el conocimiento a distancia. Nuestros antepasados prehistóricos enviaban señales golpeando un tronco con un palo, en el siglo XXI los habitantes de La Gomera todavía se siguen comunicando con silbidos por encima de sus abruptos barrancos. Pero quizá el relato de Esquilo de cómo la reina de Argos, Clitenmestra, supo del fin de la guerra de Troya y el retorno de su esposo, Menelao, es la mejor ilustración del significado de las comunicaciones a distancia. Fuegos a lo largo de nueve elevaciones prominentes cubrían una distancia de 800 kilómetros. Anuncio de victoria, pero también alerta de un regreso con tiempo suficiente para preparar un regicidio.

El teléfono, voz, sustituye al telégrafo, escritura. Los obstáculos a la distancia se achican, pero la infraestructura de la telefonía fija es costosa y de difícil desarrollo en regiones geográficamente agresivas. Del telégrafo al teléfono pasan casi 100 años. El teléfono a su vez tiene un desarrollo sosegado entre analógico y digital. En 1876 se concedió la patente a Graham Bell, el móvil de primera generación (1G) aparece un siglo más tarde. Pero a partir de entonces la revolución tecnológica de las comunicaciones solo ha sido superada por la rapidez de su difusión.

Las 1G empiezan a comercializarse en los años ochenta. Los sistemas no son compatibles entre sí y los terminales eran voluminosamente engorrosos. Solo transmitían voz. La segunda generación (2G) GSM (sistema global para comunicaciones móviles) hace su presencia apenas 15 años mas tarde. Los sistemas son compatibles, aceptan voz y mensajes cortos, y la calidad del servicio es cada día más atractiva para el usuario. La 2G habilita una gran variedad de nuevas aplicaciones. La velocidad de comunicación aumenta, los terminales…

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