AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 43

Libia, camino de un conflicto civil

Arturo Varvelli
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La lucha entre las fuerzas proislamistas y las prosecularistas se va trasladando del terreno político al militar, con la participación de las potencias regionales e internacionales.

Durante los últimos meses, Libia se ha ido sumiendo en una espiral de violencia cada vez peor: la falta de control de sus permeables fronteras, el tráfico ilegal, la llegada de yihadistas y militantes armados desde la región del sur del Sáhara y Oriente Medio han agudizado la inestabilidad del país de manera alarmante. Estas circunstancias se suman a otros problemas que vienen de lejos y que se deben a la identidad extremadamente frágil de la nación libia. El país tiene una historia relativamente corta y las identidades de los clanes y tribus, así como las locales y regionales, suponen una gran amenaza para la formación de una identidad nacional más sólida. Los grupos terroristas se vuelven más fuertes, especialmente en Cirenaica. A lo largo de los últimos años, la frágil autoridad central de la era pos-Gadafi, ha ido a integrando a milicias irregulares en el ejército nacional. Sin embargo, el programa no ha tenido mucho éxito puesto que, desde hace tiempo, el ejército da la impresión de ser una aglomeración de grupos militares mal coordinados por el gobierno y movidos por una peligrosa “doble lealtad” a las autoridades nacionales y a sus dirigentes militares. La aparición de estructuras de seguridad híbridas con funciones y cadenas de mando poco claras y ambiguas ha agravado aun más los problemas de seguridad del país, y ha sumado la inestabilidad y las rivalidades a un sistema ya de por sí fragmentado.

Además, Libia está siendo testigo de una lucha de poder entre dos grupos cada vez más polarizados, pugna que progresivamente se va trasladando del terreno político al militar. En uno de los bandos –el “islamista”– se…

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