AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 44

Monarquía y gestión securitaria del islam

Mohsine el Ahmadi
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Marruecos tiene un programa de reforma para fomentar las libertades, con una fuerte voluntad de control en materia de seguridad impuesta por la creciente influencia de los yihadistas.

Es imposible hablar de las relaciones entre islam y política en el contexto social marroquí durante la última década (2004-2014) sin señalar la centralidad de la condición del rey Mohamed VI así como su función determinante en el sistema político. Sin duda, el rey refuerza su poder político marcando su territorio y manteniendo su papel de autoridad religiosa suprema. Sin embargo, esta definición se critica cada vez más, e incluso se cuestiona científicamente, porque la realidad, tanto social como política o religiosa, no es inmutable.

Para dar cuenta de estos cambios, este artículo se propone analizar la nueva configuración entre lo político y lo religioso en el Marruecos del rey Mohamed VI con el fin de demostrar que la función política del rey depende de su condición religiosa de Comendador de los Creyentes, y que uno y otra se sostienen mutuamente para otorgarle una mayor legitimidad al mismo tiempo política y religiosa. No obstante, esta interdependencia de condiciones no dejó de cuestionarse durante los momentos cruciales de la Primavera Árabe en Marruecos.

En una de mis publicaciones (2009), defendí el punto de vista según el cual las prácticas políticas en materia religiosa en Marruecos remiten al registro de la laicidad, no a la francesa, es decir agresiva hacia la Iglesia o “dura”, sino más bien como una reacción blanda frente a los agentes del islam político y a la movilización del conjunto del personal religioso del Estado ante la amenaza islamista. Numerosos especialistas del islam marroquí consideran que este planteamiento es un error de lectura de la realidad tanto política como religiosa. Sin embargo, esta paradoja entre la realidad secular y el discurso islamizante…

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