POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 226

Una columna de humo se levanta sobre la capital Kiev tras un masivo ataque con drones y misiles perpetrado, cada vez con una mayor frecuencia, por Rusia contra objetivos civiles en Ucrania. (Kiev, 4 de julio de 2025). GETTY

Paz esquiva en la guerra de Ucrania

La guerra se alarga, Rusia mantiene su estrategia de desgaste y Ucrania, al límite de sus fuerzas, resiste asombrosamente. Si Washington da la espalda a Kiev, Europa se enfrentará a retos que le pueden desbordar.
José Pardo de Santayana
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La guerra de Ucrania está durando más de lo que ninguna de las partes esperaba y se ha convertido en una trampa difícil que amenaza con una escalada peligrosa. Todas las partes se juegan mucho en la contienda e interpretan una derrota como una amenaza existencial. Una vez mordido el anzuelo de la guerra, dar marcha atrás es muy desgarrador.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desde un optimismo desbocado, volvió a la Casa Blanca anunciando que acabaría pronto con este conflicto armado, poniendo a Kiev al borde del abismo y ofreciendo a Moscú margen para desarrollar su designio estratégico. Por su parte, las potencias europeas han apostado por mantener el apoyo a la causa ucraniana para alargar la contienda y forzar la paz en unas condiciones menos favorables al Kremlin.

La posibilidad de alcanzar la paz de la mano de Estados Unidos se ha esfumado. Las partes no encuentran un mínimo espacio de acuerdo para poder pensar en un final negociado. La cruda realidad es que ni Rusia ni Ucrania tienen verdaderos incentivos para detener la lucha: la primera, porque espera ganar la guerra; la segunda, porque no está dispuesta a ceder en su soberanía y considera que su ejército sigue estando en condiciones de ofrecer una defensa eficaz a la espera de un mayor compromiso de los aliados europeos.

La posibilidad de un alto el fuego anterior a un acuerdo de paz nunca fue realista porque suponía una clara ventaja militar para Ucrania y el presidente Vladímir Putin ya había reiterado que no lo aceptaría.

De igual modo, en lo que va de año, no ha habido ningún intento ruso sincero de buscar un acomodo aceptable a Ucrania. Las condiciones que Moscú le ofrece imponen su claudicación. A Putin no le basta con que Ucrania quede fuera…

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