POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 146

Rusia: el resurgimiento de la política

Dmitri Trenin
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Los rusos despiertan al mundo que los rodea. El hecho de que hoy haya en Rusia más prosperidad que en ningún otro momento de su historia ha alterado el nivel de tolerancia al autoritarismo. Este nuevo sentir popular no implica un cambio de régimen. Por ahora.

A raíz de las elecciones a la Duma celebradas el 4 de diciembre de 2011, la situación política rusa ha cambiado radicalmente. La noche del 5, unas 5.000 personas salieron a la calle. El 10 eran 50.000 y dos semanas más tarde unas 120.000. La evolución es evidente y contrasta de forma abrupta con los acostumbrados mítines celebrados por la oposición durante los años anteriores, que no atraían más que a unos pocos cientos de personas. En efecto, el impulso de la protesta se mantuvo, a pesar de las bajas temperaturas invernales. El movimiento se extendió por los principales centros de población, aunque el número de manifestantes varió de unos pocos centenares a unos cuantos miles en cada uno de ellos. La movilización tuvo una base muy amplia y reunió a gente de muy distintas inclinaciones políticas, desde liberales a ultranacionalistas. Las protestas, además, guardaron un carácter pacífico. Los manifestantes mantuvieron la compostura y la policía recibió orden de no utilizar la fuerza.

Tras el 24 de diciembre, ha quedado claro que las movilizaciones no fueron un acontecimiento aislado, al contrario de lo que no pocos pensaron y muchos en el Kremlin esperaban. Es también evidente que el movimiento de protesta está en boga y atraerá a mucha más gente en el futuro. No es descabellada la perspectiva de una vigilia millonaria durante la noche de las elecciones presidenciales que se celebrarán el 4 de marzo, lo que ha planteado, por primera vez en casi 20 años, la posibilidad de un levantamiento masivo capaz…

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