>   NÚMERO 58

Una hora con Dominique Mockly

María José Martínez Vial
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Dominique Mockly es director del Business Group Back-end de Areva, encargado de proponer soluciones a la gestión de los combustibles radiactivos usados. Sus áreas de actividad son el reciclaje, la logística, el saneamiento y la valorización de emplazamientos nucleares.

 

Le gusta hablar de su trabajo y se nota. No hace ni dos horas que ha llegado de Estados Unidos y ya está en las oficinas de Areva, en el centro de París, dispuesto a contarnos el cómo y el porqué de la energía nuclear. Domina su discurso, tiene claro el mensaje que desea transmitir, escogidas las palabras. Economía, política, cuando se habla de energía, ahí está la clave. Ferviente defensor del reciclaje de residuos radiactivos, Dominique Mockly asegura, tan convencido como sereno, que se puede ser verde y pronuclear.

 

María José Martínez Vial: Esta semana la industria nuclear ha aparecido en los medios de comunicación debido a un accidente en el complejo de Marcoule. Hace seis meses, el mundo entero seguía con horror el desarrollo de los acontecimientos de la central de Fukushima, en Japón. Usted pertenece al sector ¿Encuentra ahora más obstáculos que antes para desempeñar su tarea?

 

Dominique Mockly: Lo que ha pasado esta semana es sencillo. Uno de los hornos de residuos de baja intensidad del recinto de Marcoule ha provocado un incendio. Se trata de un accidente industrial que puede producirse en muchas fábricas. Lamentablemente, en esta ocasión ha habido víctimas mortales. Pero su pregunta es relativa a la sensibilidad después de Fukushima. En este sector, en cuanto hay un accidente, por pequeño que sea, empiezan las preguntas, aunque no haya sucedido nada en una central. Son excusas para reactivar el debate.

 

En cuanto a Fukushima, tuvo dos efectos inmediatos. Asustados, los japoneses se preguntaban si sus centrales estaban realmente bien protegidas,…

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