Autor: Andrea Wulf y Lillian Melcher
Editorial: Random Cómics
Fecha: 2019
Páginas: 288
Lugar: Madrid

Un viaje de expedición ilustrado

Marcos Suárez Sipmann
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Este 14 de septiembre se cumple el 250 aniversario del nacimiento de Alexander von Humboldt, el descubridor científico del Nuevo Mundo. Para conmemorarlo Andrea Wulf y Lillian Melcher han publicado El increíble viaje de Alexander von Humboldt. Con una original y sugestiva combinación de narración y visualización, la obra acerca al lector el personaje y su famosa expedición por Sudamérica.

Wulf nació en Nueva Delhi y creció en Alemania. Desde hace más de veinte años es periodista y escritora en Londres. Entre otras publicaciones escribe para The Guardian, el The Wall Street Journal y el The New York Times. Trabaja con regularidad para la BBC. Melcher, ilustradora, reside y trabaja en Boston.

Junto a su compañero, el médico y botánico francés Aimé Bonpland, Humboldt recorrió el continente americano durante cinco años. Fue el primer viaje de investigación exclusivamente científica con financiación privada. El más grande jamás emprendido por un particular. Hasta entonces los viajes de exploración habían obedecido a intereses políticos de expansión.

Humboldt siempre ha sido retratado como científico pero fue también un artista. Entendía la naturaleza no solo como un científico racional, sino a nivel visual y emocional. Wulf llama al libro “un viaje de expedición ilustrado”, una obra inspirada en los diarios de viaje de Humboldt. Esos diarios habían sido puestos a disposición del público por primera vez en 2013 por la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano. A finales de 2014 se digitalizaron y se publicaron en Internet. Fue un momento muy especial para Wulf, que de inmediato supo que tenía que hacer algo con ellos. El contenido de esas 4.000 páginas llenas de dibujos y bocetos de Humboldt revelan una persona increíblemente “visual”. El libro de Wulf y Melcher es un tributo a este aventurero único y erudito universal que supo combinar el arte y la ciencia.

 

El viaje de Humboldt

El viaje (1799-1804) se divide en tres etapas de una duración similar. La primera, de un año y cuatro meses, es el “viaje del Orinoco” y corresponde a su estancia en Venezuela, desde su llegada a Cumaná hasta la partida desde Nueva Barcelona con rumbo a La Habana, en noviembre de 1800. La segunda, o “viaje intermedio”, les lleva por tierras de las actuales Colombia, Ecuador y Perú. La tercera a México.

La descripción avanza cronológicamente, intercalando flashbacks, exponiendo la pasión y el esfuerzo arrollador que llevó a Humboldt (1769-1859) a establecer el camino futuro del estudio de la fauna y la flora por todo el mundo. El cómic conjuga de modo sorprendente una puesta en escena elaborada. Bosquejos, apuntes, muestras de plantas, mapas… y mucho más se puede ver en el recorrido que nos ofrece la obra. Todos los manuscritos que sirvieron como collages y fueron inspiración para Melcher para desarrollar el lenguaje visual pertenecen a Humboldt. Son páginas de sus diarios, cartas, notas y dibujos. Se han utilizado asimismo varios especímenes del herbario de Bonpland y Humboldt. Hay recortes de diarios, documentación e ilustraciones, de manera que las sorpresas gráficas son constantes. Es difícil encontrar más de dos páginas con soluciones visuales similares. La lectura transcurre entre aventuras y escaramuzas terrestres, marinas y fluviales. Humboldt se acercó a todo lo que le ayudaba a entender el entorno y las viñetas del libro ofrecen al lector múltiples detalles: las mediciones del geógrafo, las plantas del botánico, los pájaros del ornitólogo, las especies del zoólogo…

Humboldt es el tercer participante de la obra. La manera en que se refiere a la ciencia se convierte en un componente esencial del lenguaje visual de este libro. Además el explorador, unas veces joven, otras anciano, participa con comentarios y observaciones sobre su vida.

En un momento dado del libro Humboldt se lamenta de que no se le dio suficiente espacio a su viaje por México en La invención de la naturaleza. El nuevo mundo de Alexander von Humboldt. Algunos lectores se quejaron de ello. Para Wulf es fundamental tener una línea histórica correcta y comprender la personalidad de Humboldt. Esa queja en boca de Humboldt es una de las pocas libertades creativas que las autoras se han tomado.

Wulf había publicado la monumental biografía en 2015. La tituló así porque Humboldt inventó el concepto de naturaleza tal como lo entendemos hoy en día. Describió la naturaleza como un organismo viviente, y esa es básicamente la concepción actual que tenemos del ecosistema. Sus ideas siguen vigentes y son, de hecho, cada vez más relevantes. De hecho, advirtió sobre el cambio climático y la sostenibilidad, ya en 1800.

 

Las hazañas de Humboldt

Entre las impresionantes experiencias de Humboldt sobresale su celebrada ascensión al Chimborazo (6268 metros). El majestuoso volcán se encuentra a unos 160 kilómetros al sur de Quito. Se consideraba la montaña más alta, ya que las del Himalaya todavía no habían sido medidas. En cierta forma lo sigue siendo ya que la Tierra no constituye una esfera perfecta. La proximidad del Chimborazo al Ecuador (donde se produce un abultamiento del planeta) significa que su cima es la más lejana al centro de la Tierra.

A menos de 300 metros una ancha grieta les impidió coronar el ascenso. Humboldt desarrolló allí su revolucionaria concepción de la naturaleza. Contemplando el mundo desde más de 6000 metros de altura se dio cuenta de que la naturaleza es global, un conjunto viviente en el que todo está interconectado. El trayecto de Quito al Chimborazo fue como un viaje de investigaciones botánicas del ecuador a los polos. Vio en el camino las zonas de vegetación del mundo una tras otra. Desde las plantas tropicales del valle hasta el último pequeño liquen dependiendo de la altura. En ese momento crucial fue el primero en comprender que la naturaleza es una fuerza global interconectada. Una idea que aunque ahora nos parezca evidente no debe llevarnos a ignorar quien la formuló.

Al volver del volcán, Humboldt empezó a esbozar su Naturgemälde (palabra de difícil traducción que junto a “pintura de la naturaleza” implica un sentido de totalidad o unidad). Un microcosmos en una página en la que aparece una sección transversal del Chimborazo, diferentes zonas vegetales, detalles de altitud, temperatura, etcétera. Una presentación visual sin precedentes. Más tarde, publicó el bosquejo como un bello dibujo. Fue el precursor del uso de las imágenes en la ciencia.

Humboldt decía que debemos sentir la naturaleza para entenderla. Verla como un todo viviente interrelacionado. Solo así podemos entender las interdependencias existentes y el cambio climático antropogénico.

No solo describió lo que veía como científico, sino que acompañó las observaciones científicas con descripciones poéticas creando un todo. Humboldt tenía una memoria formidable, por lo que realizaba comparaciones una y otra vez, por ejemplo, que las plantas andinas en América del Sur se semejan a las plantas que había visto en los Alpes suizos o en los Pirineos. Solo así pudo ver la naturaleza como fuerza global y comparar la vegetación y las zonas climáticas del mundo.

El viaje le convirtió en un enemigo acérrimo de la esclavitud y la opresión para el resto de su vida, porque vio cómo se trataba a los esclavos y a los pueblos indígenas. Sus investigaciones se extendieron a la antropología de las culturas precolombinas.

Comprendió igualmente que el ser humano puede destruir la naturaleza. Detectó los efectos perniciosos de las plantaciones coloniales: monocultivos, irrigación, deforestación y desertificación. Describió los casos de cómo la pesca de perlas en la costa venezolana destruía los bancos de ostras y de cómo los sistemas de irrigación de Ciudad de México secaban los valles de los alrededores.

Al final del libro Wulf cita algunos de los títulos más importantes de la vasta obra de Humboldt. El tratado de ciencias naturales Cosmos (1845-58), su obra más ambiciosa, es el gran libro de la Naturaleza de la Edad Moderna. En Vistas de las cordilleras y monumentos de los pueblos indígenas de América así como Cuadros de la Naturaleza a los conocimientos geográficos, científicos y antropológicos se añaden bellísimas ilustraciones. Destaca también destaca el Ensayo sobre la distribución geográfica de las plantas, diversos atlas geográficos y físicos y varias monografías sobre astronomía y geología, sin olvidar los ensayos políticos sobre la Nueva España y Cuba, magnos inventarios de los recursos naturales y económicos de ambos territorios.

La vida del científico y explorador alemán parece una novela de aventuras. Era un visionario, curioso, aventurero inquieto… en palabras de Wulf: “el protagonista perfecto de una biografía”. Asegura que nunca se ha divertido tanto escribiendo como en el caso de los dos libros sobre Humboldt. Un sabio que viajó a América Latina como científico y regresó como pensador visionario y artista.